Titanes del Pacífico, La insurrección
Dirigida por Steven S. DeKnight
Con
John Boyega, Scott Eastwood, Cailee Spaeny, Rinko Kikuchi, Charlie Day, Burn Gorman
y Jing Tian
Diez años después de haber derrotado la amenaza de los kaijus, la humanidad
prepara nuevos sistemas de defensa y solo conserva a los jaegers sobrantes como
un recuerdo de la guerra. En ese escenario surge la figura de Jake Pentecost,
el hijo del gran héroe Stacker Pentecost,
quien es más un ladrón vividor que un digno heredero de su gran legado, pero
una nueva afrenta se gesta y Jake debe tomar el papel que le corresponde
para salvar a la Tierra y a la especie de la resurgente invasión kaiju.
Ese es a grandes rasgos el planteamiento de la, un tanto demorada, tras
cinco años, secuela de la extravagante pieza de ciencia ficción creada por Guillermo
del Toro. Con un extensivo uso de espectaculares efectos visuales, el muy
competente productor y guionista Steven S. DeKnight debuta tras la
cámara con esta película de acción más precipitada y, en consecuencia, fácil de
tornarse confusa, trance siempre arriesgado el que ha tomado, pero en general
consigue salir aceptablemente bien librado.
El desarrollo de la trama es bastante más precipitado que el de la primera
parte, y el tono se cambia de lo adulto a lo abiertamente juvenil, como el
reparto, lleno de adolescentes, prácticamente púberes, más ligero, lo cual
recuerda a los estrambóticos Transformers de Michael Bay. La
resolución es también complaciente, como en la primera parte, después de todo Del
Toro sigue como productor y se siente su mano para conservar la continuidad
de ese futuro próximo en que gigantescos monstruos invaden las ciudades.
Al estar involucrada Legendary Pictures, aún con participación de Thoman
Tull en la producción, la cual es ahora una compañía mayoritariamente de
intereses chinos, se da gran prevalencia y protagonismo a todos los
participantes de la nación de la Gran Muralla, pero en lo que más triunfa es en
hacer más universal el peculiar subgénero japonés, no chino, de los grandísimos
monstruos contra espectaculares robots de ese mismo tamaño.
La colaboración del reparto es de lo más divertida al ser tan heterogéneo y
no tener rostros reconocibles por el grueso del público masivo, el más conocido
es John Boyega, quien logra desprenderse de su ahora popular Finn
de Star Wars para crear un Jake Pentecost más estático, pero
agradable, que es quien crea mayor conexión con el público, mientras Scott
Eastwood, quien cuenta la leyenda, como muchos otros tantos hijos de
famosos, se esfuerza por hacerse de un nombre propio, por el contrario se ve
exactamente igual que en todas sus anteriores películas, y eso que le llegan
proyectos realmente atractivos, como este; cualquiera pensaría que alguna ayuda
recibe, en lo que la guapa Jing Tian sigue siendo el factor más
atractivo aportado por China. También llama la atención la reaparición de los participantes
en la primera película.
El aspecto en que en realidad logra sobresalir DeKnight y la
película es, como la primera, en presentar una visión más internacional del
mundo, mucho menos etnocentrista como la gran mayoría de filmes de Hollywood,
en que pareciera que todo pasa solo en los Estados Unidos y, ciertamente, es
más sustancial que los insulsos Transformers de Paramount que en
solo cinco películas se han desgastado terriblemente.
Los planes de Universal siguen siendo ambiciosos con
esta apuesta, desean crear todo un universo compartido, y vale la pena darle
una oportunidad. Buen entretenimiento.
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