Upgrade, Máquina asesina
Por OscarFernando
Dirigida
por Leigh Whannell
Con
Logan Marshall Green, Betty Gabriel, Harrison Gilbertson, Benedict Hardie,
Melanie Vallejo, Christopher Kirby, Clayton Jacobson y voz de Simon Maiden
A Grey Trace le gusta la usanza a la antigua en el futuro súper
tecnificado en el que vive con su esposa, Asha. Las cosas cambian para
él cuando Asha es arteramente asesinada sin un motivo explicable y a él
lo dejan parapléjico. Sin expectativa de vida alguna, las cosas cambian cuando
una oferta del genio industrialista Eron Keen llega, un implante que le
permitirá a Grey recuperar la movilidad, pero con consecuencias más que
colaterales que ni él ni nadie imaginan.
Esa es a grandes rasgos la síntesis de una película que antes se hubiera
denominado como de serie B, la diferencia es que ahora con un presupuesto
medianamente decoroso se puede hacer algo en modo razonable vistoso, pero de
verdad deja que desear.
El presupuesto parece bastante adecuado para este tipo de producciones, de
hecho, mejor de lo que merecería una película desarrollada como esta, si bien
consigue equilibrar el humor negro con su acción y la propia forma de
narración, el resultado concreto se siente desigual e inconcreto.
El trabajo realizado en efectos visuales es bastante bueno, actualmente eso
pasa hasta con las producciones más modestas, tiene que resultar algo en verdad
muy malo para no ser así, pero en este caso está bien aprovechado, sin embargo,
la ambientación entre filme de ciencia ficción con terror y misterio queda
forzada, en particular por la desesperante musicalización de Jed Palmer hecha esencialmente de
manera electrónica, pero que no tiene realmente melodía alguna.
La idea en general del ser humano mejorado y potenciado ha sido explorada
en otros filmes, de manera más exitosa, en este caso el plano desarrollo de
personajes no contribuye a eso, parecen solo un montón de ideas sacadas de
algún cómic de Marc Silvestri. La historia también se siente como una
colección de lugares comunes en el género, con el escenario de ciencia ficción
en que el ser humano ha sido consumido por todos los artilugios digitales que
ha creado.
Al no tener grandes nombres en el reparto, salvo el protagonista Logan
Marshall-Green, quien es medianamente conocido, no se opaca la historia, lo
cual es una cierta ventaja. Pero la forzada combinación de ciencia ficción con
elementos dispersos de terror y buen humor negro no llega a funcionar
realmente.
Las vistas de la ciudad son
lo más logrado, con drones sobrevolando todos lados, lugares permanentemente
conectados a la red, otros tantos no, lástima que no se muestre más de ello. La
idea quizás pudo haber dado para más de haberse abordado de otra manera, no
como lo hace esta, aunque puede ser una buena opción para quien guste de la
ciencia ficción poco exigente, acción fácil y tramposa, y terror de nivel muy
básico.
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