Transformers, El último Caballero

Por OscarFernando

Dirigida por Michael Bay

Con Mark Wahlberg, Josh Duhamel, Stanley Tucci, Anthony Hopkins, Laura Haddock, John Turturro y Santiago Cabrera. Voces de Peter Cullen, John Goodman, Ken Watanabe, Omar Sy y Frank Welker

El inventor chatarrero Cade Yeager se ha vuelto un fugitivo de la Ley, igual que los Transformers, a los que ahora protege. Proscritos, buscados, Yeager y su equipo de robots transformables deben embarcarse en una cruzada de la que depende el destino de la Tierra misma contra el planeta de origen de los Transformers.

Eso es a grandes rasgos de lo que trata la quinta película de los Transformers. La música de Steve Jablonsky aunque es igual de genérica que siempre, logra buenos y grandilocuentes momentos, mientras el trabajo realizado en efectos visuales sigue siendo el punto más fuerte de esta extravagante franquicia, y es debido reconocer que es lo bastante entretenida como para mantener la atención sus más de dos horas de duración.

De ahí en fuera, Michael Bay logra lo que parecía difícil con cuatro películas previas, acercarse al completo desastre con una trama plagada de hoyos argumentales, falta de ilación, intentos fallidos de continuidad retroactiva y explosiones, muchas, muchas explosiones; si ya en la anterior película uno terminaba vomitando explosiones, en esta entrega por lo visto el objeto es aturdir con tantas explosiones e imágenes tan, pero tan espectaculares que no caben aun en toda la pantalla IMAX.

Evidentemente, la dirección de Bay en esta peculiar y muy rentable serie a la que ha dedicado diez años de su vida, ya se encuentra muy agotada, incluida la producción de cierto famoso señor Spielberg. La participación del siempre disfrutable Sir Anthony Hopkins, como varias de sus últimas actuaciones, francamente sale sobrando, mientras el resto del reparto se disuelve en lo estrambótico e inconsistente de la trama.

Lo rescatable. Las referencias a las varias continuidades existentes hasta la fecha de los Transformers, como enterarse donde se encuentra Unicron; contemplar lo que queda del planeta Cybertron, la aparición de Rod Hot, eventualmente conocido como Rodimus Prime y, claro, los gigantescos robots haciendo toda clase de piruetas a máxima velocidad, bajo el mar, en el aire y hasta en ingravidez.

Lo malo. Que de plano el asunto con estas películas ya se volvió repetitivo, los momentos de humor de plano sacan de quicio pues restan tensión a una historia de por sí irregular, mezclar ahora la leyenda del Rey Arturo, los Caballeros de los Mesa Redonda y el mago Merlín, y después hasta un vistazo a la mismísima Segunda Guerra Mundial, están muy forzados, sin mencionar esa especie de homenaje-fusil de la excelente serie de Netflix, Stranger Things. Se vuelve imposible dilucidar de qué trata realmente la película.

Bastante entretenida y es de suponerse que satisfactoria para quienes han seguido esta serie desde su inicio, aunque a nivel cinematográfico queda a deber más que las cuatro anteriores, lo que ya es decir mucho, con un montón de recursos desperdiciados en pantalla. Recomendable sobre todo para seguidores de la serie y para quien quiera pasar el rato sin preocuparse por una trama carente de lógica.

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