Adios Christopher Robin
Critica Adios Christopher Robin
Por Francisco Xavier Lopez Martinez.
¿Es el autor? esa extraña y nada interesante persona, o ¿será Christopher Robin? o algún otro niño o niña?, o alguna nana? o ¿Quién?”
Simon Curtis (Woman in Gold, My Week with Marilyn) dirige esta suerte de Bio-Pic, la cual nos muestra los acontecimientos que llevaron a Alan Milne a escribir las aventuras de Winnie the Pooh basándose en la inocente imaginación de su hijo de ocho años, Christopher Robin Milne.
La historia comienza como un flashback, en el cual Milne (Domnhall Gleason) recuerda como su traumática experiencia en la batalla de Somme le llevan a replantearse su objetivo como escritor humorístico y teatral. Con una firme convicción antitética decide mudarse lejos de Londres, con su esposa Daphne (Margot Robbie) y su hijo Billy (Will Tilston). Mostrando claros síntomas de Desorden de Estrés Postraumático, Alan no logra retomar sus escritos, ante lo cual Daphne le deja poniéndole un ultimátum. Además una situación familiar obliga a Olive (Kelly MacDonald), la nana de Billy a solicitar un permiso dejando a Alan solo, con la responsabilidad de cuidar al pequeño.
Durante los días que sin desearlo comienza a convivir con su hijo, Milne va descubriendo la imaginación del pequeño y encuentra en él la inspiración y la chispa de la cual había carecido. Tomando notas de los juegos de Billy comienza a escribir de nuevo concibiendo el Bosque de los Cien Acres y las aventuras de Winnie the Pooh. Ya con la idea avanzada, Alan se apoya en el ilustrador Ernest Shepard (Stephen Campbell Moore) para crear las imágenes que acompañarían sus versos y textos.
Sobra decir el éxito rotundo de su trabajo, el cual trajo fama y dinero, pero sobre todo desilusión.
El director nos narra la historia de quien bien puede considerarse la primera celebridad infantil de la historia y como su inocente mundo se convierte en un producto de consumo, transformándole en una figura para las masas. Todos los niños del mundo querían ser Christopher Robin, menos el original. El solo deseaba tener el cariño y la compañía de sus padres y su nana.
La película no termina por definir al verdadero protagonista, en ocasiones nos muestra a Milne con sus debilidades y sus temores y en otras vemos los hechos desde el punto de vista de Christopher, pero sin llegar a adentrarnos en su mente.
Tilston interpreta a un niño extremadamente dulce e inocente, andrógino en ocasiones (debido al deseo de su madre de tener una hija) y esto no se aborda en la historia, primero tenemos a un niño inocente, imaginativo y agudo (señala a su madre como su manager) cuyos comentarios causan gracia pero al mismo tiempo reflexión; también vemos como el dolor del descubrimiento de que su vida es una mercancía le llena de resentimiento. Christopher nunca acepto dinero generado por los libros de su padre.
La historia se corta abruptamente y somos trasladados a un momento cuando padre e hijo se confrontan, cuando los sentimientos guardados se exponen y la comprensión y el perdón llegan, aunque quizás demasiado tarde.
“Adios Christopher Robin” es una cinta hermosamente ambientada y fotografiada, la producción es cuidadosa en cada detalle de la recreación de escenarios y épocas, pero al final el espectador se queda con las ganas de algo más, el objetivo no se cumple. Un epílogo y las obligadas notas históricas al final de la película no terminan por descubrir al verdadero Christopher Robin.
Las actuaciones de Tilston y Gleason son buenas cumpliendo con la idea del director, sin embargo Margot Robbie luce como una caricatura, un personaje que cumple el papel requerido en cada escena.
Esta película se estrena un año antes de la nueva cinta de Disney en la cual veremos al estilo de Hook un regreso a la inocencia perdida y ahí es donde esta su valor, verla para formarnos un criterio y saber aun cuando sólo sea en parte cool y cuando esa inocencia se perdió. Hoy día olvidamos como era la vida familiar a principios de siglo, como las familias de clase media cumplían sus roles en la sociedad, buscando ideales y éxito y dejando a sus hijos solo como un accesorio más, como un requisito. En la actualidad muchos niños viven ese mismo distanciamiento, refugiados ya no en nanas, sino en la siempre presente tecnología. Ya no hay bosques donde jugar, a veces ni siquiera calles donde hacerlo, solo pantallas y teclados. Ese mensaje, aun cuando no se aborda de la mejor manera, es quizás lo mas valioso de esta película.
Como en muchas historias de fama y éxito, estos traen decepción y arrepentimiento a sus protagonistas, en esta historia la primera víctima fue un niño de tan solo ocho años.
Calificación 8/10
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